En los discursos durante su viaje a Portugal, el papa Francisco citó a varios escritores portugueses, entre ellos a José Saramago. La referencia fue un texto breve de su novela Todos los nombres: "Lo que da verdadero sentido al encuentro es la búsqueda, y es preciso caminar mucho para alcanzar lo que está cerca”.
El viajero vuelve al camino
"No es verdad. El viaje no acaba nunca. Sólo los viajeros acaban. E incluso éstos pueden prolongarse en memoria, en recuerdo, en relatos. Cuando el viajero se sentó en la arena de la playa y dijo: ”No hay nada más que ver”, sabía que no era así. El fin de un viaje es sólo el inicio de otro. Hay que ver lo que no se ha visto, ver otra vez lo que ya se vio, ver en primavera lo que se había visto en verano, ver de día lo que se vio de noche, con el sol lo que antes se vio bajo la lluvia, ver la siembra verdeante, el fruto maduro, la piedra que ha cambiado de lugar, la sombra que aquí no estaba.
Hay que volver a los pasos ya dados, para repetirlos y para trazar caminos nuevos a su lado. Hay que comenzar de nuevo el viaje. Siempre. El viajero vuelve al camino."
El fragmento puede encontrarse en Viaje a Portugal, el libro que Saramago escribió tras recorrer su propio país como si no lo conociera, un gesto que, al igual que el texto anterior, nos da una valiosa lección.
Porque, finalmente, también es posible vivir la vida así: como si no la conociéramos, como si no acabara nunca, como si estuviera empezando en este instante.